miércoles, 10 de junio de 2009

Piden pan, no le dan

Tantas decisiones vuelven a las cotidianas comunes, y a las esporádicas en saltos de la rutina. De haberlo sabido hubiera tomado la chance correcta, pero correcta ¿para quién? ¿Puedo ser simplemente artífice de mi destino? Quiero rajar el molde ya. Tanta fruslería que no hace más que retraernos del verdadero objetivo de la vida, que es nada más que vivir…
Quiero bajarme del sistema ya. Pero un segundo después la barrera de la prudencia me advierte que no todo es como parece, maldita conciencia… desearía manejarme con el despotismo de otros, ¿o no? Algo tengo que hacer, pero estoy en casa y de pantuflas…hace frio afuera y la lucha es larga. Caigo en razones de que soy tan emprendedora como resignada. ¿Quién está equivocado? ¿El que busca hacer un camino o el que lo mira por Tv? Será un problema cultural quizás, quizás dormirse en los laureles todavía está muy lejos; y nosotros muy adelantados saltando fases inevitables. Fases que vendrán, porque simplemente TIENEN que venir, uno nace crece se reproduce y muere; orden inalterable todavía y lejos a los intelectos humanos. Tal vez es eso, tal vez el destino es algo que todavía no llegan, nuestras mentes de simples mortales, a entender. Convengamos de todos modos que en esta vorágine donde estas todo el tiempo eligiendo “chances” sería imposible dar un 100%...
Podría sentarme un día entero a hablar de compromiso, del compromiso para con los demás, pero ¿y si mejor lo llevo a cabo y ya? Que difícil pensar en otros, ¿no? Y a la inversa: que fácil atribuir responsabilidades en cabezas ajenas, ¿no? Sí, hay que admitirlo que todo es culpa de todos, que somos todos culpables de lo que nos rodea, de absolutamente todo; sobre todo de lo que es invisible al protocolo del buen vivir. En algún margen, en alguna parte y en alguna medida somos también forjadores de los destinos de los demás, dejo libre a la discreción de cada uno que si en buena o en mala (y en que tan mala) medida. Así como es tan difícil y hermoso hacer feliz y serlo, es muy fácil y frecuente ignorar a quienes nos necesitan. Esa necesidad que transgrede lo aceptado, esas lágrimas que esconden más de lo que, afortunadamente, pueda imaginar.
Unos ríen, otros lloran. Soy feliz, soy desdichada. Estoy bien, están peor. Son épocas, son vidas. Piden pan, no le dan. Veo futuro, sabe que es oscuro. Socorro, esto no es el equilibrio que busca el mundo.

jueves, 4 de junio de 2009

y si era solo una niña...

No bastaría con que diga eso para que este hueco se cierre…a veces las palabras y los sentimientos poco tienen q decir… hoy al recordar veo que por suerte nada cambio, q todo está igual, q todo marcho, y está yendo para adelante… pero ¿porque? Porqué los errores no nos dan margen a retractarnos, podre? Podre aceptar desde mis adentros? No lo creo, y no lo creo porqué no basta mucho para uno se conozca superficialmente, que hago con ese retorcijón que me da al sentirlo? Donde, en que cajón guardo esa hoja q se mancho con tinta? Como hago yo para superarme y ver que hay cosas detrás de aquel muro también? Una fina nota que me pone la piel de gallina, que me estremece me hace dar cuenta de que no lo asumí… si ni siquiera puedo ser feliz sabiéndolo, si ni siquiera me puedo contener la emoción de oír, ver, sentir algo análogo… hay una página de mis días q prefería abollarla y comerla si es posible para asegurarme de q nunca más pasara…pero nunca mas pasara… para bien o para mal, es una sola vez, injusto o equitativo, sorpresivo o esperado, fatal o pacifico…pero en gran numero desatinado.
Si un otoño me sorprende y en la celebración veo la tristeza. Si la edad me lo permite. Si los vientos no me avisaron. Si el desengaño es el peor baldazo de agua fría. Si tu amor me lo oculto. Si tus lágrimas fueron en silencio. Si mi culpa fue también tu dolor. Si los sinsabores nos agarran desprevenidos. Si los pájaros no vuelan tan rápido. Si las distancias si existen, terrenalmente. Si el giro a lo viejo me trajo lo nuevo, malo, pero nuevo. Si no era un cuento de los de chica. Si nunca existió el reloj de la hora 25. Si rasguñe hasta los rincones más insignificantes y encontré frio. Si hacia frio en mí. Si esas hojas no me supieron abrigar, me rechazaron. Si la comunicación fue… fue. Si los ruidos no se oían. Si era un grito afónico del corazón al alma. Si fue el llanto desesperado de una niña apresurada.
Eso era, solo una niña q precisaba calor del afecto.