Tantas decisiones vuelven a las cotidianas comunes, y a las esporádicas en saltos de la rutina. De haberlo sabido hubiera tomado la chance correcta, pero correcta ¿para quién? ¿Puedo ser simplemente artífice de mi destino? Quiero rajar el molde ya. Tanta fruslería que no hace más que retraernos del verdadero objetivo de la vida, que es nada más que vivir…
Quiero bajarme del sistema ya. Pero un segundo después la barrera de la prudencia me advierte que no todo es como parece, maldita conciencia… desearía manejarme con el despotismo de otros, ¿o no? Algo tengo que hacer, pero estoy en casa y de pantuflas…hace frio afuera y la lucha es larga. Caigo en razones de que soy tan emprendedora como resignada. ¿Quién está equivocado? ¿El que busca hacer un camino o el que lo mira por Tv? Será un problema cultural quizás, quizás dormirse en los laureles todavía está muy lejos; y nosotros muy adelantados saltando fases inevitables. Fases que vendrán, porque simplemente TIENEN que venir, uno nace crece se reproduce y muere; orden inalterable todavía y lejos a los intelectos humanos. Tal vez es eso, tal vez el destino es algo que todavía no llegan, nuestras mentes de simples mortales, a entender. Convengamos de todos modos que en esta vorágine donde estas todo el tiempo eligiendo “chances” sería imposible dar un 100%...
Podría sentarme un día entero a hablar de compromiso, del compromiso para con los demás, pero ¿y si mejor lo llevo a cabo y ya? Que difícil pensar en otros, ¿no? Y a la inversa: que fácil atribuir responsabilidades en cabezas ajenas, ¿no? Sí, hay que admitirlo que todo es culpa de todos, que somos todos culpables de lo que nos rodea, de absolutamente todo; sobre todo de lo que es invisible al protocolo del buen vivir. En algún margen, en alguna parte y en alguna medida somos también forjadores de los destinos de los demás, dejo libre a la discreción de cada uno que si en buena o en mala (y en que tan mala) medida. Así como es tan difícil y hermoso hacer feliz y serlo, es muy fácil y frecuente ignorar a quienes nos necesitan. Esa necesidad que transgrede lo aceptado, esas lágrimas que esconden más de lo que, afortunadamente, pueda imaginar.
Unos ríen, otros lloran. Soy feliz, soy desdichada. Estoy bien, están peor. Son épocas, son vidas. Piden pan, no le dan. Veo futuro, sabe que es oscuro. Socorro, esto no es el equilibrio que busca el mundo.
El amor más inmenso
Hace 6 años