A veces me confundo. Hay palabras que me confunden. ¿Protocolo o hipocresía? ¿Cuál es la brecha que delimita la frontera exacta entre estos dos puntos, que como los colores se funden y llegan a confundirse en uno solo? No sé si sería fácil establecer un equilibrio que me guie por la delgada línea en cuestión. A veces me sorprende la forma en la que se manejan otros peces. Sería muy fastidioso hablar solo desde lo personal, cuando en realidad este “fenómeno” se presenta en cada vida, cada día. Cansados de que la maquina social nos arrastre y sin fuerzas como para sublevarse, ahí vamos, con el pesimismo y la rutina al hombro; tratando de convencer al otro de la buena o mala vida que llevamos: si es buena, debe ser tan buena que sea sospechosa, y si es mala tiene que superar las historias anteriores contadas por otros desafortunados en esta suerte de competencia por la existencia. Pero, ¿Te hace feliz nadar en la rutina, viendo como las mismas caras se repiten cuando deseamos que nos trague la tierra mientras se nos acerca un cualquiera a saludar?
Sin duda, en los años que sea que lleve el hombre en la faz de la tierra, si hay un aspecto de los inventados que supo desarrollar, a la perfección prácticamente, es la frivolidad y la astucia que acompaña al hombre desde que él dejo de ser él. Digo casi perfecto, porque de serlo sería imperceptible a los ojos de los que nos cansamos; y de los que lo ejercen, que no solo lo saben sino que también lo explotan. ¿Hasta qué punto conviene tirar de esta soga, que por un lado te encaja en el campo del todos, pero te saca del ambiente de uno? En el balance final creo que las mayores son pérdidas, porque tal vez el otro camino sea el más difícil y en subida, pero seguramente peor es caer en picada por este precipicio de tu propia moral. TU moral en juego, mientras perdés.
Llenar un espacio con nada, es nada más que eso, nada. Nada más parecido a la soledad en compañía. Nada más mundano que cruzarnos en este mundo. Nada más triste que lo que sabes que nunca tendrás. Nada más deplorable que ser lo que no sos, para que los demás adviertan lo que crees que ellos ven, y no. Nada más.