martes, 27 de octubre de 2009

Huérfano de nombres.

¿Que se despabila en la cabeza? Es como ponerse en “On” a los detalles más disimulados que la vista gorda de la vida, el estrés, los apuros; no nos dejan percibir. Por eso disfruto de ponerme los lentes que tiran un cable a tierra y me dejan ver la realidad, tal vez como en realidad es… ¿porque no? O tal vez solo desde la óptica que sería preferible percibir la máquina social: ¿Para qué obstaculizar a la simpleza con nuestros planteos extraños que, a veces, solo hacen que pongamos trabas en el camino, cuando no los hay?
Cascabeles en mis ideas que adornan los sentidos, firuletes desdibujados. Inspiradora.
La teoría nunca se va a acercar a la realidad, y me gusta eso. No ha nacido el planteo perfecto que explique el “ABC” del buen vivir, y esta no es la excepción. Lo alterno y espontaneo hace lo suyo, mientras el ser por fin se deja “ser”. Carpe Diem para un gusanito.