Bueno, he aquí la pagina en blanco esta y yo, ni siquiera esto es papel, todo porque nose quien carajo nos metió que escribir acá es más fácil que mano, yo estoy en la cama (que nada podría ser mayor confort) y de todos modos estoy incomoda, aunque siempre me contracturo, ya estoy acostumbrada a no acomodarme. ¿Que pasa hoy? Bueno, antes de que este día infructuoso llegue a la historia, y pase a ser un día más de esos que nunca te acordarías; tenía ganas de sentarme a escribir esto, La nada, de un día en el que no paso absolutamente nada interesante. Esos días también merecen respeto, serán el 70% de nuestras vidas. Me fui al carajo.
Lo que yo me preguntaba recién justamente, es que hace la gente cuando esta sola: es tan íntimo que nadie sabe exactamente que hacen los demás cuando están en lo más interno de sí y en lo más interno de sus hogares también. Por supuesto que no todos los solitarios son potenciales Einsteins ni nada que se le asemeje, algunos días solo se mira tele mientras con un guante grueso te rascas los huevos jactándote de lo mal que la pasan esos boludos con trajes mientras vos sobas tus partes. Pintoresco.
Otros, o más precisamente otras fregaran sin ton ni son el hogar porque aunque griten todo el día como si el pasillo a la cocina lo hubieran tomado los piqueteros de Nina Pelozo, aman su labor, se creen imprescindibles, y me animo a más: toda la vida soñaron con ser un electrodoméstico.
Los chicos juegan soñando con ser grandes para tener vidas atareadas y no aburrirse, sin saber que lo peor está por venir; los bebés comen y duermen esperando que un alma dadivosa se apiade de ellos y los alimenten y cuiden hasta que definitivamente ya mas grandecitos te la den por atrás, es un mirada pesimista ya sé, pero estoy jodida hoy.
Tal vez otro grupo de esta imaginaria suposición de las eventuales tareas que hacen quienes tienen un tiempo solo, podría ser la de aquellos que piensan. Y esa tropa sin duda es la peor: porque están los que piensan mirando para adelante y bien, pero también tenes pelotudos para hacer dulce de leche, y acá también están los que piensan demasiado, que esa categoría es todavía más jodida porque cuando menos querés acordar te llega un mensaje de una amiga que dice que cree que vos no la apoyarías si ella decidiese irse al Tíbet a bregar por la paz.
Están los que planean y especulan y en dos segundos ya les cambio el parecer y ahora en vez de vender la casa y comprar dólares, se compran un auto para taxi y una casa de verano. Los que temen, que estando solos y con la mente en blanco, por decir “estar al pedo” de un modo más elegante, piensan en los potenciales accidentes y/o desgracias que les pueden estar ocurriendo en estos mismos segundos a sus seres más queridos.
Los que duermen, que no se enteran de un carajo, porque se levantan a las 8 de la tarde y no saben si les inyectaron heroína y están en Shanghái o si oscureció mientras dormían, que generalmente es lo que más pasa. Los que miran películas y lloran a moco tendido porque Chatrán desaparece y va flotando en una caja de madera, ya sabiendo que alguna otra desgracia le espera porque el cine es cruel y cuando te quiere hacer llorar, nudos te tragaras pero terminas dejando caer ese lagrimón.
Suman los que simplemente no tienen tiempo solos, porque no se los hacen o porque no se los dejan, que estos trances nos suelen pasar seguidos hasta que finalmente nos acomodamos con nosotros y volvemos a tener un rato en paz. Los que se dedican a su belleza y se untan crema hasta en el más recóndito lugar de sus cuerpos añorando Spas y demás “nuevas necesidades” que termina siendo saciada en tu propia casa, en el baño de siempre con las patas en sal en una palangana con agua tibia y dos pepinos arrugados en los ojos, de todos modos, vos sos Susana Giménez.
Los que planean inconcretables metas, hacen llamados telefónicos, promesas, compromisos de salidas y entradas que nunca, jamás en la vida se definen. Los que escuchan música fuerte como una manera de salir de si sintiéndose una mezcla de las negras que cantan en las iglesias y el Hendrix del 2010.
Podria seguir ahondando en esta insaciable lista, pero la verdad es que me acabo de dar cuenta que dentro de todo este genero esplayado, estan los que tienen ganas de dejar registrado un dia común, como este, en donde cualquier idea absurda sirve de inspiración.
